jueves, 2 de febrero de 2012

Reprimir o callar a las malas... a la larga es lo mismo

Este título fue creado antes de tomar la decisión de irme de su vida, de por si pensaba en hacer referencia al silencio sepulcral que se manifestaba en cada segundo que intentaba tener un diálogo con ella (en la práctica resultaban ser monólogos míos con uno que otro aporte de su parte como una sonrisa o un leve y pequeño comentario)... sin embargo hoy salieron las palabras, pocas, pero salieron, ya van alrededor de 216 horas desde que decidí separar mi rumbo del suyo....

Una cosa muy distinta es irte por qué quieres hacerlo a irte por que te toca... en la primera muy seguramente tus emociones habrán muerto o estarán a punto de hacerlo, en la segunda.... en la segunda cada paso, cada instante tiene la pésima tendencia de hacerse eterno, flaqueas constantemente y te preguntas si tu decisión habrá sido la mejor (a pesar de que eres consciente de que esa persona no puede ofrecerte lo que necesitas y tu no le puedes dar lo que ella busca).

Cada hálito se convierte en una insoportable antesala a la desesperación que genera el dolor por tener que hacer las cosas por obligación lógica y reprimir o callar a las malas (lo cual vendría a ser lo mismo) lo que guardas en tu interior. Total, solo tú sufres, en silencio... solo tú, porque tu corazón se rehúsa a apagar la llama que en alguna ocasión, sin saber cómo ni cuando, se encendió, solo tú... no te queda otra que seguir Amándola de manera taciturna, ignorando y haciéndote a la idea de que no hay porvenir alguno o valido en aquello que te punza el pecho, en aquello que te llena de ganas de gritar y golpear al mundo por tu infelicidad, en aquello que hace que de tus ojos salgan continuamente un líquido que resulta extraño para ti, eso que se la gente llama lágrimas y que de una u otra forma resulta liberando parte del dolor que hay en tu interior, en aquello que te hace sentir...

Por más cruel que suene, suele ocurrir que el duelo más complicado es el que se hace por alguien que aún contesta llamadas al teléfono móvil, por quien sabes que muy posiblemente gastará algo de tiempo pensando en ti (así sea para insultarte con su lástima y piedad o de otra forma), por quién te separa un vuelo de una hora y unos cuantos minutos en taxi, por quien muy en el fondo se rehúsa a salir completamente de tu ser... recordándote cada instante lo insoportable que es el dolor que generan tus actos… dejándote en el limbo absurdo repitiendo como disco rayado las mismas cuatro palabras que se presentan de manera paradójica en tu ser…. me pregunto dónde estás

Aburrido, cansado, perdido, no hay salida en mi camino.
Vivo y muerto eso si distraido, me mordiste el corazón.
Una calle recuerda al olvido, un portal que marcó mi destino,
Una estrella fugaz para siempre me dejó sin la razón.
Sin la poca razón que tenía, sin el sol que alumbraba mis días,
sin la luna de todas mis noches y sin más canción.
Con la pena de la cobardía, con paisajes de una luz sombría,
con las nubes de un cielo rebelde de autodestrucción.

Me pregunto donde estás, solo veo la pared.
Agobios, mareos, empiezo a sudar, me pregunto donde estás.

Defraudado, jodido, cazado, como coño me ha pasado?
Pensamientos mal intencionados que siempre me hablan de ti.
Un silencio que explota en mi cuarto, la locura que empieza a dar saltos,
una fiesta que no me han llamado, solo queda sonreir.
Sonreír pa joderle a las penas, pa burlarme del mundo que enferma,
pa sentirme un poco menos mierda y pa ser cabrón.
Un cabrón que es más falso que judas, que revienta y se vuelve basura,
Que con verte o soñarte desnuda se siente mejor.

Me pregunto donde estás, solo veo la pared.
Agobios, mareos, empiezo a sudar, me pregunto donde estás.
Me pregunto donde estas, solo veo la pared.
El viento de frente me empieza a soplar, me pregunto donde estas

No hay comentarios:

Publicar un comentario