Sonrío, hace tiempo no sentía lo que acabé de sentir, la llegada de palabras a mi mente para escribir, el no pensar en que palabra iba a seguir después de la siguiente, sentir la estampida verbal en mi mente, el cumplir uno de mis muy lejanos sueños, escribir algo de manera fría pero que a la vez me permitiera llevar de la mano a quien me lee hacia diversas emociones que parten de un suelo mundano y cotidiano, más no de uno ilusorio y bello, de sacar de lo absurdo (palabra muy común en mi para quienes me conocen) algo bello. Me causó gracia el recordar las palabras que hace unas noches le escribí a Eugenia: “¿Te has preguntado por qué las noches frías son las más hermosas? Porque a los dioses les dieron celos de que los mortales pudieran contemplar la belleza de su amada Luna y de sus queridas estrellas, después de todo ellas eligieron a los lobos solitarios para cantarles, para amarlos desde la inmensidad del sus corazones, para eliminar las barreras físicas que los separan. No me canso de cantarte mi Luna”
jueves, 2 de febrero de 2012
Canción de Lobo y estampida Verbal
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